La Mesa del Encierro ha conocido este viernes la decisión del Ayuntamiento de Pamplona para colocar un recordatorio a las 16 personas fallecidas en la carrera en el Monumento al Encierro de la avenida de Roncesvalles. La iniciativa, informada en Junta de Portavoces, consiste en colocar un listado simple de los fallecidos en un lateral del monumento, en la base que da hacia el Casco Antiguo, sin restar protagonismo a las figuras del conjunto escultórico ni modificar el significado de la obra.
Los nombres de estas 16 personas se grabarán en letras de bronce, en un tamaño reducido, dado que el monumento, de propiedad municipal, no es funerario ni está concebido como un memorial de las víctimas. La decisión surge como alternativa tras el debate suscitado por la instalación de placas metálicas en el recorrido del encierro, que fueron retiradas por su peligrosidad y no reflejaban de manera exacta el lugar de la cogida y la fecha de fallecimiento.
El Monumento al Encierro, realizado por Rafael Huertas en 2007 e instalado en la confluencia de las avenidas de Roncesvalles y Carlos III, es el lugar elegido, por su valor simbólico para la ciudad. El podio está rematado con losas de granito, donde se inscribirán los nombres. Las inscripciones no ocuparán un lugar principal, como la parte frontal, donde está labrada la palabra “encierro”; tampoco la trasera y ambos laterales, donde existen placas que recuerdan la prohibición de encaramarse a la escultura, tras varios accidentes ocurridos. Los nombres se grabarán en el lateral que da hacia la Plaza del Castillo, junto al escudo de Pamplona labrado en la piedra.
La iniciativa consensuada por el Ayuntamiento tiene en cuenta la disposición de las placas del pedestal, compuesto por losas de granito de formato vertical, que podrían ser retiradas con facilidad para realizar las inscripciones en taller y volver a colocarlas. La ubicación será la primera loseta a continuación del escudo de la ciudad.
La técnica planteada como la más acertada para confeccionar el listado son letras de bronce fijadas a las placas de granito, en forma de listado simple, sin símbolos religiosos ni referencias al día concreto de la muerte del corredor, ya que no se trata de un monumento funerario o memorial a los fallecidos. La elección del bronce obedece a su calidad de material duradero y de aspecto clásico, y el estilo podría ser una fuente de letra sencilla, legible y elegante, que se mantenga clara y visible con el paso del tiempo. La iniciativa contempla las letras de bronce en relieve o incrustadas.
Para la inscripción en sí, se sugiere en nombre y apellidos de las personas fallecidas, precedidas por algún símbolo, como una pequeña estrella, un guion, asterisco o similar. Respecto a la fecha, se plantea el año entre paréntesis, para proporcionar contexto histórico y cronológico sobre el fallecimiento, lo cual puede ser importante para las personas que visitan el monumento o desean recordar a alguien en particular; o no inscribir la fecha, si se prefiere un monumento atemporal que se enfoque únicamente en recordar a las personas, sin subrayar las fechas.
Las características del pedestal del monumento, conformado por losetas de granito individualizadas y de tamaño relativamente reducido, favorecerá y simplificará enormemente la realización del listado, así como posteriores arreglos, ampliaciones, sustitución o, en su caso, retirada del mismo, si con el paso del tiempo cambiaran los criterios que han motivado esta decisión.
Placas retiradas en junio por su resbaladicidad
El Ayuntamiento encargó, a finales de 2023, 16 placas con los nombres de las 16 personas fallecidas en el recorrido del Encierro desde el año 1910. Se instalaron 8 de las 16 previstas, con un coste de 28.337,13 euros, incluidas las propias placas y los gastos de colocación, iluminación y canalización eléctrica. Ante la petición de los corredores de retirarlas por motivos de seguridad, petición realizada por medio de la Federación de Peñas en la Mesa del Encierro celebrada a finales de abril, el Consistorio decidió encargar un informe para valorar si existían riesgos.
El informe técnico, elaborado por el área de Seguridad y Convivencia Ciudadana del Ayuntamiento de Pamplona, certificó que las placas no cumplían los criterios exigibles para zonas exteriores en materia de resbaladicidad: las ocho placas instaladas eran más resbaladizas que los adoquines del entorno y se situaban en una escala inferior, por lo que se procedió a su retirada en el mes de junio de este año.
La mayoría de los grupos municipales expresó entonces su apoyo para buscar una nueva ubicación para las placas o habilitar, en su defecto, un lugar de homenaje con otras características, como las que recoge la decisión presentada este viernes ante la Mesa de Encierro.