«Ser flamenco es una actitud», señala
BARCELONA, 24 (EUROPA PRESS)
El escritor y músico Luis Cabrera, fundador del Taller de Músics, novela «cuadros» de su memoria y vivencias en ‘La vida no regalada’ (Roca Editorial), en la que repasa episodios como su llegada a Barcelona, la militancia antifranquista y sus primeros contactos con el flamenco.
En rueda de prensa, ha dicho este miércoles que la obra se trata de una «introspección familiar» de un niño de 9 años de un pueblo de Jaén que llega a Barcelona, pero ha dicho que no es una autobiografía estricta.
«Son cuadros de memoria deformada. No puedo acordarme de todo. Son vivencias que recuerdo de forma determinada, que no quiere decir que sea verdad», ha dicho Cabrera, que en la obra usa el alter-ego de Lorenzo Almendro.
Ha afirmado que el hecho de que sean vivencias deformadas, interpretadas y tamizadas es lo que hizo optar por esta fórmula del alter-ego, y además por el hecho de introducir elementos de ficción basados en leyendas y tradiciones.
Cabrera repasa –a través del protagonista– en el libro cómo descubrió el catalán, que rápidamente quiso aprender y adoptar, la lucha antifranquista desde los barrios populares de Barcelona y «la división» dentro de ella, su integración en Bandera Roja, su detención y encarcelamiento en La Model y cómo, a través del movimiento libertario, adoptó la necesidad de la cultura en el Ateneu Nou Barris.
Ha señalado que la cultura «puede ayudar a ser crítico y la unión de individuos libres puede hacer cambiar la forma de vivir y la sociedad», y ha subrayado que en la coyuntura actual es difícil el cambio si no se empieza por un cambio individual.
«No puede haber cambio social desde organizaciones piramidales» como los partidos políticos, tanto en la clandestinidad durante la dictadura como en la actualidad, ha subrayado.
«MAESTRO» MORENTE
El escritor y músico repasa también en el libro la fundación de la Peña Flamenca Enrique Morente –al que considera su «maestro»–, el contacto que tuvo con grandes figuras del flamenco y, aunque en menor medida, la irrupción del Taller de Músics de Barcelona.
«Ser flamenco es una actitud», ha subrayado Cabrera, y que el arte se tiene que tratar como arte, independientemente del formato, y ha dicho que el flamenco no ha conseguido mayor distinción por sus orígenes.
