En 2022 varios de los mayores ayuntamientos de Navarra aprobaron una moción en apoyo del sistema público de salud (SPS), demandando seis puntos al Gobierno de Navarra. Valoramos en este escrito el grado de cumplimiento de la moción en el actual proyecto de Ley Foral de Salud (LFS).
El punto Sexto de la moción solicitaba una nueva LFS.
Al presentar el borrador el Gobierno cumple esta demanda. No obstante, los ayuntamientos solicitaban participar en su elaboración y desconocemos si hayan sido consultados hasta el momento. Como principios rectores, el Proyecto cita la necesidad de prestar servicios de calidad, considerar la interacción entre la salud medioambiental, animal y humana (enfoque One Health), abordar los condicionantes sociales de la salud, asumir la participación de las y los profesionales del sistema, establecer un enfoque de salud en todas las políticas a liderar por el Departamento de Salud etc. Sobre el derecho universal de atención a residentes en Navarra, no resuelve claramente el derecho de todas las personas.
Revisaremos el resto de los puntos de la Moción y su plasmación en el proyecto de LFS.
Punto Primero: Reforzamiento de la Atención Primaria y la Salud Pública.
La exposición de motivos del proyecto de Ley critica acertadamente el modelo hospitalocéntrico actual. Pero no concreta ni define criterios para garantizar los recursos necesarios para la atención primaria, más allá de afirmar que deben ser suficientes. Sobre garantizar la presencialidad en la asistencia sanitaria, el proyecto relega la telemedicina para contextos de dificultad geográfica y atenciones de bajo valor añadido.
No se desarrolla la relación entre Salud Pública y Atención Primaria y Comunitaria. Se centra la salud pública en fomentar hábitos individuales de vida saludables (nutrición, actividad física, consumos no saludables) pero apenas cita generar entornos colectivos de vida y trabajo saludables (vivienda, transporte, acceso a alimentación saludable, empleo estable...). Plantea escasos retos en salud pública, salvo en salud laboral, donde se refuerza el papel del Servicio Público de Salud en atender la salud de la población laboral y controlar los servicios de prevención y las mutuas empresariales, refuerzo previsto en la Ley General de Salud Pública del año 2011.
Punto Segundo: No a la privatización del Sistema Público de Salud
El Proyecto de LFS no solo no limita, sino que amplía las fórmulas de privatización, citando la figura de centros sanitarios privados con convenios singulares con el SPS. Expone detalladamente las modalidades de pago a entidades o actividades convenidas. No se plantea como requisito que ofrecer servicios públicos siempre sea la primera alternativa antes que su derivación.
No prevé incorporar nuevas prestaciones necesarias o revertir otras privatizadas como salud bucodental, gran parte de la salud mental, cuidados paliativos, prestación de audífonos y lentes a los grupos económicamente más vulnerables, etc. ni resuelve el irregular favoritismo histórico hacia una clínica privada en cuestión de hemodonación y trasplantes.
No garantiza la prioridad para desarrollar la investigación científica desde el sistema público, realidad denunciada desde sus profesionales. Además, abre la posibilidad de que estos participen en proyectos de investigación de entidades privadas.
No se compromete a blindar al SPS frente a las potentes estrategias para su privatización impulsada desde el empresariado y la Seguridad Social a través de las mutuas o desde fondos de inversión.
Punto Tercero: Trabajo digno y estable, reduciendo la eventualidad de la plantilla del SPS.
El proyecto separa el SPS del resto de la Administración Pública de Navarra, y transforma el SNS-O e ISPLN en entes públicos empresariales de gestión privada sin plantear sus ventajas e inconvenientes. Apuesta por la desaparición progresiva del carácter funcionarial del personal y establece un Área única frente a las tres actuales posibilitando su movilidad en ella. Todo esto podría ahondar la precariedad de las condiciones de empleo y podría derivar a un escenario menos garantista en el acceso al empleo público, sin olvidar el aumento de la probabilidad de privatización de servicios.
Punto Cuarto: Avances hacia un modelo socio sanitario público de calidad.
Plantea habilitar una estrategia sociosanitaria común de los Departamento de Salud y Derechos Sociales. Extiende la figura de centros privados con convenio singular a los centros sociosanitarios. El abordaje de la Atención sanitaria y sociosanitaria se ubica en los nuevos Distritos, agrupación de varias zonas básicas de salud. No plantea el impulsar un sistema público de atención sociosanitaria.
Punto Quinto: Sistema de salud mental público y suficiente
El proyecto cita la atención a la salud mental como ámbito a fortalecer. Propone un enfoque integral, desde la promoción y atención a la recuperación, evitando el estigma de las personas afectadas. Incluye la atención de familia y entornos de las personas con problemas de salud mental. Los recursos de salud mental se centrarán en atender los casos más graves (trastornos de conducta alimentaria, problemática social y/o judicial, patología dual, riesgo de suicidio…), y las adicciones desde una óptica comunitaria. Cita la participación de la comunidad en esta área. No se precisa que los recursos del sistema sean de carácter público.
Valoración
Es positivo que se cumpla el mandato del anterior Parlamento de Navarra y la solicitud municipal, pero es un proyecto que no se opone, sino que consolida y amplía las vías de privatización, auténticos sumideros del dinero del sistema público de salud en beneficio de los negocios sanitarios privados. Al convertir el SNS-O y el ISPLN en empresas públicas de gestión privada se dibuja un escenario de mayor riesgo de precarización de la plantilla.
Los aspectos más avanzados como el enfoque de una salud (One Health), abordaje de las desigualdades en salud o coordinación interdepartamental citados no se concretan en criterios operativos. No aborda la necesaria colaboración entre salud pública y atención primaria de salud. La promoción de salud incide en los llamados hábitos de vida, pero apenas trata el impulso de los entornos de vida y trabajo saludables.
El proyecto olvida garantizar los derechos lingüísticos de la población euskaldún en la atención a la salud. Tampoco cita el reto de resolver las listas de espera ni el elevado y creciente gasto farmacéutico y tecnológico a racionalizar.
En cuanto a la imprescindible participación de la ciudadanía y profesionales en el sistema de salud se mantiene el fracasado modelo actual.
El proyecto pretende responder en parte a algunos de los problemas del pasado y presente del sistema público de salud, pero no a los previsibles que plantea a la salud de la población la actual crisis poliédrica del sistema socio político actual.
Disponemos, pues, de un proyecto que tiene un amplio margen de mejora antes de llegar a ser Ley. Es el momento para que las entidades sociales y las organizaciones sindicales realicen sus aportaciones críticas antes del 30 de noviembre. No obstante, sin movilización en defensa del sistema público de salud no se solucionarán las numerosas carencias actuales ni se aplicarán los aspectos positivos que presenta este proyecto de LFS.
Iñaki Moreno - Sueskun, Lázaro Elizalde Soto, y Mari Sol Saiz-Aja
Plataforma Navarra de Salud /Nafarroako Osasun Plataforma