El cambio climático ha intensificado la frecuencia e intensidad de fenómenos extremos como las altas temperaturas y la falta de precipitaciones, afectando de manera directa al rendimiento agrícola. En este escenario, los cultivos sufren alteraciones fisiológicas incluso antes de que los síntomas sean visibles. La capacidad de anticipación y respuesta técnica ante estas condiciones ha pasado a ocupar un lugar prioritario en la gestión agronómica actual.
Frente a este reto, Agran ha centrado su labor en el desarrollo de soluciones basadas en la biotecnología líquida para afrontar los efectos del estrés abiótico, particularmente aquellos derivados de la sequía y el calor en cultivos. Su enfoque combina innovación, conocimiento fisiológico de la planta y adaptación a distintas fases del desarrollo agrícola.
Actuación directa sobre los efectos del estrés térmico e hídrico
Los productos diseñados por la empresa actúan sobre los principales mecanismos afectados por el estrés, como el cierre estomático, la detención del crecimiento en meristemos o la alteración del desarrollo radicular. En particular, las formulaciones están concebidas para mantener la actividad metabólica de la planta en momentos críticos, evitando que se detenga el desarrollo antes de que el agricultor detecte los primeros síntomas visuales.
Las soluciones se aplican en fases clave del cultivo como la brotación, la floración o el cuajado, donde cualquier interrupción puede comprometer la producción. El objetivo no es solo nutrir, sino activar procesos fisiológicos que fortalezcan la resistencia de la planta a condiciones adversas.
Tecnología de precisión adaptada al suelo y al ciclo del cultivo
Además de su impacto directo sobre la fisiología vegetal, los tratamientos desarrollados por Agran contemplan también las condiciones del suelo, especialmente en relación con la salinidad y la gestión del agua. Esta visión integrada permite aumentar la eficiencia en el uso de recursos, optimizar la absorción de nutrientes y reducir el impacto del estrés hídrico.
Las fórmulas están diseñadas para ser compatibles con tratamientos habituales, lo que facilita su integración en cualquier plan de cultivo y evita la necesidad de modificar rutinas agronómicas. Gracias a su enfoque preventivo y a la adaptación a distintos escenarios climáticos, se consolidan como herramientas eficaces frente a fenómenos cada vez más impredecibles.
Con esta estrategia basada en soluciones científicas, Agran proporciona al sector agrícola recursos técnicos para minimizar los efectos del estrés abiótico y proteger el rendimiento en situaciones marcadas por la sequía y el calor en cultivos.
