Ahorrar energía es cuestión de hábitos. Muchas veces, tan sólo modificando algunas de nuestras acciones habituales, podemos evitar derrochar luz y gas. Se trata de prácticas sencillas que, realizadas día a día, nos ayudarán a reducir el coste de nuestras facturas y a cuidar de nuestro planeta.
Reducir el gasto de energía empieza por hacer un acto de conciencia y mirar qué malos hábitos de consumo podemos cambiar. Empezaremos por los más obvios hasta llegar a aquellos que puedan requerir algo más de empeño, pero si pedir grandes esfuerzos…
1. Elegir las bombillas adecuadas según nuestras necesidades es muy importante, como también lo es sustituir las bombillas normales por las de bajo consumo, ya que puede ayudarnos a ahorrar hasta un 80% de energía. Además, el hecho de quitarles el polvo a menudo hará que siempre haya mucho más luz en la estancia. También debemos acordarnos de apagar las luces de cada una de las estancias cuando no las necesitemos.
2. En la línea del punto anterior, es importante saber aprovechar la luz natural que entra en nuestra vivienda. Así, destinaremos las habitaciones más luminosas de la casa para aquellas actividades que nos lleven más rato y optaremos por los colores claros y el uso de espejos en aquellas con menos luz.
3. Apagar los aparatos electrónicos cuando no estemos usándolos, en vez de dejarlos en stand-by nos puede ahorrar hasta un 12% de energía. Además, aunque pueda parecer extraño, los cargadores enchufados también consumen electricidad.
4. Evitar mantener la nevera o el congelador abiertos mucho ratoo muchas veces puede ayudarnos a gastar menos luz, ya que, de lo contrario, necesitamos más energía para volver a enfriar el interior a la misma temperatura. También, descongelar los productos en el frigorífico puede generar frío gratuito mientras que meter alimentos calientes supone un mayor gasto energético.
5. A la hora de lavar ropa o vajilla, esperar a poner una carga completa supone un menor gasto de agua y electricidad que ponerlo dos veces a media carga, aún con el programa ECO. Además, si optamos por tender en el exterior de nuestra casa, siempre que sea posible, en vez de poner una secadora, lograremos ahorrar mucha luz.
6. El uso de aparatos de etiqueta A+ o A++ también supone un ahorro importante. Sobre todo si, además, usamos programas de lavado corto y a no más de 40ºC.
7. Realizar un mantenimiento periódico de los aparatos eléctricos y de climatización nos evitará que se estropeen antes de tiempo y que nos tengan que realizar un sobreesfuerzo energético para su funcionamiento.
8. Planchar de una sola vez toda la ropa, en vez de esperar a que se caliente la plancha continuamente, supone un ahorro de luz. Además, si sabemos aprovechar el calor residual y no la dejamos encendida más tiempo del necesario, gastaremos menos energía.
9. Ahorrar energía con la climatización de nuestro hogar es posible. Para empezar, es importante que establezcamos una temperatura adecuada en el hogar. Esta suele estar entre los 18ºC y los 20ºC en invierno, y entre los 24ºC y 26ºC en verano. Además, es importante aprovechar el calor y el frío de fuera, dejando pasar la mayor luz solar posible en invierno, para calentar nuestra casa, o la brisa de la noche en verano. Por último, si cerramos las habitaciones vacías los meses de frío, conseguiremos calentar nuestra casa más rápido y de forma más efectiva.
10. A la hora de cocinar, si tapamos las ollas y procuramos que el diámetro de estas sea más grande que el del fogón, evitaremos desperdiciar energía. Usar el microondas en sustitución del horno también puede ayudarnos a consumir un 70% menos de energía. Además, siempre debemos acordarnos de apagar el horno o los fogones un poco antes de terminar de cocinar, con tal de aprovechar el calor residual.
Fuente: FotoCasa
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