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Nofumadores reclama la inclusión de una perspectiva de género para combatir el tabaquismo en la mujer 

El cáncer de pulmón en mujeres se incrementa un 140 por ciento en los últimos veinte años y las muertes se disparan desde los años noventa

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  • Una mujer fumando

¿Es el tabaco el punto ciego del movimiento feminista? Las mareas violetas del 8M por toda España conmemoran la muerte de 120 trabajadoras a manos de la Policía por reivindicar sus derechos laborales en una fábrica de textiles de Nueva York. En estas marchas, no deja de sorprender la cantidad de mujeres que encienden un pitillo detrás de otro, desentendidas de que en España mueren en la actualidad 10.000 mujeres más a causa del tabaco que en la década de los 90, según los datos recogidos por el Grupo de Trabajo de Tabaquismo de la Sociedad Española de Epidemiología. La asociación Nofumadores.org afirma que la mortalidad a causa del tabaco ha aumentado entre las mujeres en los últimos 30 años.

Este año se celebra medio siglo de la primera manifestación del 8M en nuestro país, lo cual coincide en el tiempo con la incorporación de la mujer al consumo de cigarrillos. En los años 70, las tabaqueras aplicaron en España la misma estrategia de marketing que en 1929 abrió el mercado del tabaco a la mujer en los EEUU. A través de un acto publicitario bautizado como las “antorchas de la libertad”, la industria consiguió asociar el acto de fumar con la emancipación femenina, presentando al cigarrillo como símbolo de independencia, sofisticación y modernidad. La consecuencia es que la generación de las mujeres que primero se incorporó al mundo del trabajo y la democracia en España están muriendo, en la actualidad, por todo tipo de enfermedades cardiovasculares y cáncer. Podríamos nombrar los tristes ejemplos de la cantante María Jiménez, la actriz Amparo Baró, la periodista Mila Ximenez y la escritora Almudena Grandes, entre otras muchas.

Para la asociación, se echa en falta la presencia de campañas de sensibilización dirigidas específicamente a las mujeres, desde una perspectiva de género y realizada por mujeres. Como afirma la Dra. Laura Mezquita, del Hospital Clínic de Barcelona, la razón de este incremento considerable se debe a la incorporación de la mujer al consumo de tabaco a partir de los años 70. “Actualmente, tenemos una enfermedad que es un problema de salud y las políticas de prevención no están funcionando. El cáncer de pulmón sigue incrementándose en las mujeres exponencialmente”, destacó.

Según el informe “Las cifras del cáncer en España 2025”, de la Sociedad Española de Oncología Médica, SEOM, publicado en enero, el cáncer de pulmón en mujeres ha incrementado su prevalencia un 140% sólo en los últimos 20 años. En 2024 se incrementó un 12.3% con respecto al año anterior. La presidenta de Nofumadores.org afirma que “la incidencia es aún mayor si miramos atrás. Hace 50 años era una patología prácticamente inexistente en mujeres. Mientras que descienden las muertes en hombres, las de mujeres seguirán ascendiendo en los próximos años y esto tiene un culpable, las tabaqueras”. 

Desde los años noventa, la mortalidad atribuida al consumo de tabaco en mujeres está aumentando, sobre todo por cáncer de pulmón y enfermedades cardiovasculares. Y lo hace rápido tanto en las jóvenes como en las de edad más avanzada. En las mujeres es especialmente preocupante el aumento de la mortalidad atribuida por cáncer de pulmón, que ha ganado un gran protagonismo en los últimos años. Así, durante la primera mitad del periodo de estudio (1990-2003), el cáncer de pulmón representaba el 12,3 % de la mortalidad atribuida total en las mujeres, mientras que en la segunda mitad (2004-2018) casi se duplicó, alcanzando el 21 % del total.

El tabaquismo afecta a las mujeres de manera específica, provocando alteraciones en la menstruación y una menopausia temprana que incrementa el riesgo de osteoporosis. También duplica la probabilidad de desarrollar cáncer de cérvix y eleva el riesgo de fracturas óseas. En la reproducción, reduce la fertilidad, aumentando el tiempo para concebir y el riesgo de infertilidad tubárica, embarazo ectópico, aborto y parto prematuro, además de asociarse con bajo peso al nacer. A nivel estético, causa arrugas, piel apagada, halitosis y manchas en dientes y dedos, algo que, aunque no es específico de las mujeres, sí preocupa más al género femenino.

El movimiento feminista ha centrado sus esfuerzos en combatir la violencia de género, la igualdad en el trabajo y cerrar la brecha salarial, pero ignora la primera causa de mortalidad evitable en mujeres, el tabaquismo. La asociación Nofumadores.org se pregunta por qué, a pesar de la gravedad de esta problemática el movimiento feminista pasa de refilón por estos temas. “No existe o no se aplica, o no resulta una prioridad para el movimiento feminista combatir el tabaquismo”, señala Raquel Fernández Megina. 

“Sin embargo sería imprescindible que el movimiento feminista reivindicase políticas de control de tabaquismo con una perspectiva de género que se centrase en proteger la vida de las mujeres para contrarrestar la acción de la las tabaqueras para las que sí que existen las mujeres como un objetivo comercial, segmentado y objetificado”, afirmó la presidenta de Nofumadores.org. Para la asociación, la industria se centra básicamente en las adolescentes, las cuales fuman más que los varones de su mismo rango de edad, sobre las que proyectan su modelo de negocio, basado en la adicción y la muerte, con un espejismo de glamour y sensualidad. 

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