A todos nos gusta encontrar un "chollazo" que nos permita hacer un viaje largo en avión a buen precio, pero a veces estas ofertas son armas de doble filo. Generalmente, los vuelos de larga distancia más baratos son aquellos que incluyen escalas, y las escalas se pueden convertir en tu peor pesadilla en caso de que haya un pequeño retraso. Esto ocurre especialmente cuando vuelas con compañías diferentes y te toca hacer una escala corta (de una hora o menos) porque cualquier pequeño imprevisto puede hacer que pierdas el segundo vuelo y se vaya todo el viaje al garete. ¿Cómo evitarlo? Aquí te contamos los mejores consejos para sobrevivir a una escala corta sin perecer en el intento.
Intenta incluir todos tus vuelos en la misma reserva
Viajar con dos compañías diferentes no siempre significa que tengas que hacer dos reservas separadas. Si encuentras la manera de reservar ambos vuelos en una sola transacción, esto puede ahorrarte muchos problemas. Cuando ambos vuelos están en la misma reserva, es más probable que las aerolíneas colaboren entre ellas en caso de retrasos o problemas de conexión. Además, si pierdes el segundo vuelo por un retraso en el primero, es más probable que te reubiquen sin coste adicional en el siguiente vuelo disponible. Siempre que puedas, busca esta opción al reservar.
Conoce tus derechos como consumidor
Cuando viajas con dos aerolíneas diferentes, las cosas pueden complicarse un poco. Antes de viajar, asegúrate de revisar la política de cada una en cuanto a retrasos, cambios de vuelos y conexiones. Algunas aerolíneas, aunque no trabajen juntas, ofrecen cierta flexibilidad si el vuelo anterior se retrasa y, en algunos casos, hasta te pueden reubicar en el siguiente vuelo disponible sin coste adicional. No obstante, esto no es una regla fija, así que lo mejor es estar bien informado antes de partir.
Cuando tu escala se realiza en un aeropuerto europeo y el primer vuelo se retrasa, es muy probable que tengas derecho a reclamar una indemnización a la aerolínea responsable, aunque los vuelos sean de distintas compañías. Es decir: si, por ejemplo, vuelas con Iberia desde Madrid y tienes una conexión con Vueling hacia otro destino europeo, y el vuelo de Iberia se retrasa ocasionando que pierdas tu conexión con Vueling, tienes derecho a reclamar un reembolso a Iberia. Esto se debe a que las aerolíneas que operan vuelos con origen o destino en la Unión Europea deben cumplir con el Reglamento 261/2004 de la UE.
Esta normativa establece que, si el retraso es superior a tres horas y se ha producido por culpa de la compañía aérea, tienes derecho a una compensación, independientemente de que los vuelos sean operados por diferentes compañías dentro del mismo grupo. Y, en caso de que el retraso te suponga tener que viajar al día siguiente, las aerolíneas están obligadas a ofrecer asistencia básica, como comida, bebida y alojamiento para pasar la noche.
Reserva asientos en la zona delantera para el primer vuelo
Al hacer el check-in de tus billetes tienes la opción de escoger asiento por tu cuenta o esperar al reparto aleatorio. Y, aunque elegir el asiento te puede salir un poco más caro, si haces un vuelo con escalas es altamente recomendable gastarse esos euros de más para ganar paz mental. Si te sientas en la primera o segunda fila (y, en concreto, en pasillo y no en ventana), tendrás vía libre para agarrar tu maleta de mano y desembarcar rápidamente sin tener que esperar colas dentro del avión. Esto te hará ganar un tiempo precioso que te permitirá llegar a la puerta de embarque de tu segundo vuelo con mayor tranquilidad.
Estudia bien el aeropuerto y las distancias
No todos los aeropuertos son iguales: algunos tienen terminales gigantes donde puede que tengas que recorrer largas distancias para llegar a la puerta de embarque. Según el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI), los aeropuertos están diseñados para maximizar la eficiencia y minimizar las esperas innecesarias. Sin embargo, si te estresas demasiado, puedes perder la oportunidad de utilizar los servicios que te pueden ayudar a llegar a tiempo, como los carritos de transporte o los atajos a través de las terminales. Si es la primera vez que paras en ese aeropuerto y no lo conoces, busca el mapa del aeropuerto en su web para hacerte una idea de dónde se encuentra tu puerta de embarque. También puedes telefonear o escribir un mail a atención del cliente del aeropuerto explicando tu situación para que te verifiquen si te da tiempo de sobra a cambiar de avión y en qué puerta de embarque suele situarse el segundo vuelo que tienes que coger.
Controla los tiempos de seguridad y aduanas
Si solo viajas con equipaje de mano y no planeas abandonar la zona de embarque esto no tiene por qué preocuparte, pero si tienes una escala de varias horas y quieres aprovechar para conocer la ciudad, o cuando vuelas con compañías distintas y tienes que recoger tu maleta facturada antes de embarcar de nuevo, puede convertirse en un problema. Según datos de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) ciertos aeropuertos en EE. UU. y Europa tienen tiempos de espera más largos debido a las medidas de seguridad, lo que puede afectar tu planificación si tu escala es demasiado ajustada.
Si sabes que tu escala incluye pasar por estos controles, intenta buscar una fila rápida o utilizar los servicios prioritarios que muchos aeropuertos ofrecen. Además, lleva contigo toda la documentación lista y asegúrate de tener tu pasaporte y tarjeta de embarque a mano para no perder tiempo buscando papeles cuando estés frente al oficial de inmigración.
Usa las apps de las aerolíneas
Hoy en día, la tecnología puede ser tu mejor aliada. Existen aplicaciones que te permiten seguir en tiempo real el estado de tu vuelo, las puertas de embarque y hasta el tráfico en el aeropuerto. Muchas aerolíneas tienen sus propias aplicaciones donde puedes recibir actualizaciones sobre el estado del vuelo, la apertura de la puerta de embarque y posibles retrasos. Si viajas con dos aerolíneas diferentes, puede que sea útil tener las apps de ambas instaladas en tu móvil para ir controlando la situación y poder adelantarte a los acontecimientos si se prevé algún retraso.
